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viernes, septiembre 20, 2024

Perdidos en la mar: una historia de familia

Goleta en las ribera del río Grijalva, Villahermosa
Durante la tormenta temían que el barco se hundiera, y en un intento desesperado el capitán pidió a los pasajeros que buscaran entre sus pertenencias algún objeto de mala suerte...

El viaje, de inicio, ya auguraba que algo sucedería... A principios de agosto de 1916, mis bisabuelos regresaban de la Ciudad de México a San Juan Bautista (actual Villahermosa), donde habían permanecido visitando a familiares después de un viaje a Nueva Orleans, EEUU. Dicha estancia se había prolongado un poco más de lo planeado debido a una huelga general en la capital del país durante la cual se habían suspendido los servicios de transporte (coches, tranvías y carretas), electricidad y agua, además del cierre de tiendas de alimentos y panaderías. Esto había retrasado su partida hacia la costa este del país, ya que en aquella época el viaje al sur comenzaba en tren desde la capital hasta alcanzar el puerto de Veracruz y de ahí se tomaba una embarcación para llegar a puerto en las costas de Tabasco. El retraso de un día les hizo perder su barco asignado, por lo que decidieron tomar lugar en otro barco dos días después, la goleta de dos palos "Esperanza" perteneciente a una pareja de amigos, nave capitaneada por su dueño, quienes amablemente se ofrecieron a llevarlos si primero les acompañaban a la ciudad costera de Campeche, a lo cual accedieron. Viajaban con un cocinero y su esposa y un marinero segundo. Esto probaría ser una decisión fatídica para mis bisabuelos. 

Carta General de Ferrocarriles de la República Mexicana y Rutas Marítimas, 1933

Al partir del puerto de Veracruz todo parecía en calma, pero pronto el clima cambiaría. Durante 1916 la temporada de huracanes atlánticos fue particularmente activa y fue la única, junto con la temporada de huracanes del 2005, dónde se formaron dos huracanes mayores antes del mes de agosto, además de quince ciclones tropicales y otros ocho huracanes menores. Así, durante la noche del primer día de navegación se desató una ventisca y pronto el huracán desencadenó toda su furia, alcanzando una Categoría 4, con vientos de hasta 215 Km/h, un evento meteorológico que luego se conocería como el Gran Huracán de Texas de 1916

The Great Texas Hurricane of 1916
Al pasar de las horas de incesante tormenta la goleta comenzó a acusar daños por el intenso oleaje y los vientos huracanados y se ordenó que todo lo que no fuera necesario se lanzara por la borda para aligerar el peso de la nave. Así fue lanzado todo el equipaje de los viajeros, además de otros objetos del barco, pero aún así la embarcación corría el riesgo de zozobrar. En un intento desesperado, y echando mano de la superstición, el capitán pidió a los pasajeros que buscaran entre sus pertenencias algún objeto de mala suerte. Resultó que mi bisabuela portaba un anillo con una piedra de topacio, piedra considerada de mala suerte en la navegación; el capitán, al enterarse de ello, entre él y su marinero segundo quitaron de forma desesperada la piedra con un cuchillo y el primero procedió de inmediato a arrojarlo al mar. No hay que decir que el temporal cedió justo después, la embarcación quedando a la deriva y permaneciendo apenas a flote durante los próximos 18 días, sin provisiones y casi sin agua.

"Cubierta de una goleta durante la tormenta".  Fotografía de W.R. MacAskill


La furia inicial de la tormenta y las corrientes llevaron al barco hacia el sur, navegando el canal de Yucatán entre la isla de Cuba y la península, hasta por azar tocar tierra en una de las islas del grupo de las Swan Islands, hoy conocidas como Islas Santanilla o Islas del Cisne, localizadas a unos 150 kilómetros de la costa de Honduras y muy lejos del Golfo de México, las cuales habían sido nombradas originalmente como las "Islas de las Pozas" por Cristóbal Colón en 1502. 

Localización de las Islas de Swan, frente a las costas de Honduras.
Esas solitarias formaciones rocosas han tenido un papel interesante a lo largo de la historia, ya que han sido alternativamente zona de extracción de guano como fertilizante, plantación, base militar durante la Segunda Guerra Mundial y hasta estación de radio en servicio durante la preparación para la invasión de Bahía de Cochinos en mayo de 1960. El propio nombre de Swan Islands es interesante ya que fueron nombradas así por del capitán Charles Swan del barco Cygnet, quien fue capturado por verdaderos piratas del caribe cerca de estas islas y convencido de lanzar un exitoso ataque de corso a Panamá en 1685, como subordinado de corsario inglés John Cook.


Durante la época de nuestra historia las islas de Swan eran plantaciones de palmeras de coco, de propiedad norteamericana, regenteadas por la United Fruit Company, una compañía estadounidense de infame historia que ejerció una influencia y poder económico y político sin escrúpulos y que inclusive llegó a sobornar a políticos y auspiciar golpes de estado en América Central y América del Sur (en las peyorativamente llamadas Repúblicas Bananeras) con el fin de obtener el mayor margen de ganancias posibles, sin dejar de mencionar los abusos cometidos en contra de los trabajadores nativos y de origen africano. Dicha compañía representaba el prototipo de una corporación norteamericana como punta de la lanza de la política intervencionista de los Estados Unidos en otros países americanos, lo que ahora se conoce como doctrina Monroe, sintetizada en la expresión "America for the Americans", y la cual en principio se oponía  al colonialismo europeo del siglo XIX considerando cualquier intento del mismo como una agresión si intereses norteamericanos se veían afectados en países de América, pero que luego sirvió como carta blanca para sus afanes intervencionistas en países de América Latina y el Caribe, siendo finalmente en si mismo un impulso colonialista Estadounidense. A esto también se le conoció como la política del "Gran Garrote" o Big Stick (de la expresión africana "habla suavemente y y lleva un gran garrote, así llegarás lejos".

"La Gloriosa Victoria", mural de Diego Rivera que plasma los abusos cometidos por la United Fruit Company 


En el caso de las islas Swan, estas se encontraban justo en el medio de un intenso tráfico comercial de la propia compañía y la isla principal también servía como estación de radio y meteorología para sus flotas caribeñas, la llamada "Gran Flota Blanca", y, entre otras cosas, no permitía el arribo y estancia de mujeres bajo ninguna circunstancia. Las mujeres en ese contexto de explotación comercial y laboral realmente corrían todo tipo de peligros...



Vista de la "Gran Flota Blanca" de la United Fruit Company en los muelles de Nueva Orleans, 1910


Actual puerto de la Great Swan Island 
Los bisabuelos en 1906

Sin embargo, volviendo a nuestra historia, al descubrir el barco maltrecho donde viajaban mis antepasados en las costas de la isla, el capataz de la plantación, Mr. R.S. Smith (perteneciente a una familia que luego reclamaría propiedad de las islas), un hombre decente entre bribones, descubrió la presencia de mi bisabuela y las otras dos mujeres y, preocupado por su suerte, sagazmente las escondió en sus estancias trasladándolas desde el barco hasta la casa principal por la noche,  mientras se hacían las reparaciones pertinentes al maltratado barco, las cuales tardaron en realizarse 15 días. Mi bisabuela, una mujer viajada e instruida, impresionó favorablemente al capataz Smith amenizando las noches de los náufragos con su mandolina, la cual había podido salvar de la tormenta. Una semana después arribaba a la isla un barco de provisiones de la propia Great White Fleet, y el capitán de dicho barco les explicó la ruta que debían seguir para regresar a México. 

Fotografía aérea actual las Islas de Swan, un lugar realmente pequeño en medio del oceano.  


A su partida, una vez que el barco estuvo en condiciones de navegar, el capataz Smith les obsequió con provisiones enlatadas y otros productos importados ademas de agua, suficientes para un mes de navegación. La mar en esta ocasión era calma, y sin mayores complicaciones navegaron hacía el norte siguiendo la corriente del Lazo (Loop Current), que fluye entre Cuba y la península de Yucatán, internándose en el Golfo de México, aguas conocidas para nuestra gente.

La travesía parecía llegar a buen término después de estar bajo tantos peligros, pero curiosamente las aventuras no terminaron ahí: después de navegar con éxito de vuelta a costas mexicanas, y al estar por tocar tierra, un barco militar les interceptó y todos los ocupantes del "Esperanza" fueron arrestados por creerles contrabandistas debido a la gran cantidad de provisiones extranjeras que tenían a bordo. Todo se aclaró más tarde al comprobar su historia con documentos, los cuales milagrosamente se habían salvado de ser arrojados al mar en los momentos más álgidos de la tormenta.

Carta del capataz R.S. Smith a mi bisabuela Sofia Barrientos de Vera

El capataz de la plantación, tras conocer que mis familiares habían regresado a casa a salvo, arregló el envío desde Nueva Orleans de un contenedor lleno de frutas a mi bisabuela, junto con la carta que arriba incluyo.

Fachada del edificio histórico de la United Fruit Company en Nueva Orleans. 

Y así termina esta pequeña  historia de supervivencia familiar, estimado lector, perdida en los mares del tiempo, pero inscrita en el contexto mayor de los avatares de principios de un turbulento siglo XX que probaría ser aún más caótico con el paso de los años. 







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jueves, abril 15, 2021

Memento Mori: Vanitas

The Danaides, C.1903 John Waterhouse (1849-1917) 

En la mitología griega, las Danaides, las 50 hijas de Dánao, hermano de Egipto, fueron condenadas en el Hades a verter eternamente agua dentro de una vasija agujereada, una empresa por siempre fútil. 

Mientras veía las terribles imágenes del incendio de la catedral de Notre-Dame en París, hace ya más de un año, no pude dejar de preguntarme si había algo en este mundo que verdaderamente fuera inamovible, perenne, intocable.

Al observar aquel icono de la ciudad de París destruirse en tiempo real, justo hace dos años ya, un monumento que data del siglo XI y que sobrevivió innumerables eventos de la historia, incluyendo la revolución francesa, el sitio y posterior ocupación de París por las tropas del Reino de Prusia, y más recientemente dos horrendas Guerras Mundiales en el siglo pasado, incluyendo la ocupación de las tropas Nazis de la capital - un monumento que uno creía que siempre estaría ahí -, el sentimiento era de tristeza, primero, al ver destruirse a esa vieja amiga, pero también de soledad: vimos cómo la historia se desarrollaba frente a nuestros ojos y nuestra propia insignificancia se revelaba. Y hoy, en paradójica similitud, estamos inmersos en una crisis de salud que no parece tener fin cercano. Nada es seguro, nada es sagrado, lo podemos perder todo en unos segundos - In ictu oculi -, y aún así existen personas que se empecinan en vivir una vida superficial, muchas veces inútil, y con su superficialidad también revelando su irresponsabilidad, poniéndonos en riesgo a todos los demás al no seguir las más lógicas y razonables recomendaciones de seguridad de no salir a la calle si no es absolutamente necesario y de utilizar un cubre bocas que evite una mayor propagación del espantoso Covid-19. Somos la sociedad más avanzada de la historia, ¿no es así?


Este sentimiento de zozobra, de futilidad de la existencia, sin embargo, no es nuevo. A nuestra generación (a la mayor parte de la humanidad pretendo decir, no quiero pecar de fatuo ni de insensible), no nos había tocado hasta ahora la mala suerte de vernos inmersos en acontecimientos mundiales que nos afectaran a todos en general, pero sin duda todos tenemos nuestra parte de sufrimiento al vernos ante sucesos que nos chocan emocionalmente en nuestra vida diaria, y ni qué decir de todas aquellas personas que lamentablemente han perdido a  alguna persona cercana o muy querida.

Tal era el sentimiento de vacuidad, de inutilidad de vivir, que los hombres de los siglos posteriores al Renacimiento sentían, a juzgar por el arte que ha llegado hasta nuestros días.

Vanitas Still Life, ca. 1650; Hendrick Adriessen (1607-1655)
Si durante el siglo XVI  el sentimiento era de apertura ante lo que la vida y el pasado podía ofrecer en el desarrollo personal, la expansión de la ciencia y del conocimiento, de extroversión, este pronto se vería reemplazado por sentimientos de inseguridad y miedo ante las crisis que se desarrollaron en esa época posterior, ante el derrumbe de su concepción del mundo.  A este periodo de inestabilidad y de conflicto general que caracterizaría a Europa primero y al mundo entero después (la Guerra de los Treinta Años, la caída del Imperio Español, la inflación rampante causada por la explotación y posterior exportación de los recursos del Nuevo Mundo a Europa y el terrible sufrimiento humano que esto causó) varios historiadores han nombrado como el periodo de la Crisis General, o el de Crisis del Siglo XVII.

"In Ictu Oculi" ('En un abrir y cerrar de ojos'), C.1670, Juan de Valdés Leal
Desde el punto de vista histórico pareciera que solo afectaría al continente europeo, pero debido a la influencia que este ejercía a nivel global, esta crisis llegó hasta los puntos más alejados de su geografía.  En el contexto cultural, ese sentimiento de zozobra se puede palpar en el genero pictórico de Vanitas, a  su vez una categoría particular del género del Bodegón, ambos géneros característicos del periodo histórico del Barroco, que afectó a todas las expresiones del arte. El término en latín Vanitas tienen aquí un significado dual: es tanto vanidad como vacuidad, al mismo tiempo tanto vano como inútil.

"El Sueño del Caballero" (o "Desengaño del Mundo"), C. 1650; Antonio de Pereda
Este genero sombrío y ciertamente moralizante muestra elementos altamente simbólicos que representan la fragilidad de la vida ante la muerte como certeza, es decir, la vacuidad de los objetos, los logros materiales y los logros personales cuando nos volcamos hacia ellos. Desde mi punto de vista es inútil vivir pensando en lo que no tenemos y queremos conseguir, cuando sabemos que en algún momento dejaremos de existir;  sencillamente no disfrutamos lo que tenemos, y cuando alcanzamos aquello que deseábamos, algo más viene a reemplazar ese deseo: el objeto, el logro, cambia; el deseo no. 

De lo único que podemos estar ciertos, sin embargo, lo único que realmente tenemos, es el ahora y lo que podemos tocar con nuestras manos y sentir en este momento. El pasado no existe, tampoco el futuro. Es aquí y ahora: al final la fama, la gloria y las riquezas terrenales de nada nos habrán servido.

"Naturaleza Muerta con Vanitas", C.1663. Pieter Boel.
En estas piezas pictóricas altamente alcanzadas se muestran elementos de riqueza, sabiduría, belleza o ciencia, alturas de una humanidad sujetas al tiempo y la muerte, y entre las influencias simbólicas podemos destacar tres: el pasaje bíblico de Eclesiastés Vanitas vanitatum omnia vanitas, el concepto de Memento Mori, y el de Tempus Fugit. Los tres conceptos, "vanidad de vanidades, todo es vanidad", "recuerda que vas a morir" y "el tiempo vuela", nos remiten a la idea de la relatividad de la existencia del hombre. 

"Soldado Muerto", C.1630, Escuela Napolitana 
Yo no, querido lector, lectora, he deseado agregar pesar a los eventos de nuestros tiempos, más bien he querido mostrar que los símbolos de antaño parecen ser los mismos de ahora; sin embargo hoy, a más de 300 años de distancia y cuando asistimos a catástrofes culturales e históricas como el incendio de la Catedral de Nuestra Señora de París, y de crisis sanitarias y muy probablemente económicas a nivel mundial, podemos usar estas imágenes como recordatorio de nuestra existencia temporal e intentar vivir una vida más plena aún cuando nada parece ser sagrado; sirva este recordatorio para tratar de vivir una vida menos superficial y más enfocada en lo realmente importante, sobre todo cuando hoy, en medio de una pandemia que nos afecta y nos afectará de formas insospechadas, vemos revelarse el verdadero carácter de  las  personas que nos  rodean, paradójicamente, en esta aldea global. 

F. Xavier
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jueves, junio 04, 2020

La Recomendación Semanal: #alllivesmatter

Foto: Aljazeera / Adam Berry/Getty Images

En los últimos días hemos visto la reacción mundial al horrendo asesinato a sangre fría de un hombre afroamericano, George Floyd, a manos de la policía de Minneapolis, Minnesota, EE.UU., filmado en el momento en que sucedía y a las claras con la mentalidad de total impunidad por parte de los oficiales (de raza blanca), evidenciando el abuso sistemático por parte de los departamentos policiales estadounidenses hacia las minorías de otra raza que no sea la blanca, con las consecuencias de tumulto social que el hecho absurdo ha causado en la propia sociedad norteamericana, que ya está harta, y con mucha razón. 

Fuente: Facebook
Y realmente no podemos extraernos a ello, aunque pensemos que no nos incumbe o que son problemas de otro país; la realidad es que no podemos hacer como si no pasara nada. No solo #blacklivesmatter sino cada vida vale para cualquier persona con rastros de humanidad en su alma. ¿Qué más tiene que pasar para que ese país entienda que la suya es una sociedad quebrada, que es un experimento social fallido, si continua sin atender sus más oscuras facetas, sobre todo la del racismo histórico y sistematizado? 

Tal vez no nos incumbe. Lo que si nos incumbe es el propio espectro del racismo, esa mala palabra que arrastra consigo el estigma de ser la mentalidad causante de cientos de años de miseria y atrocidad humana. El racismo es el monstruo sediento de odio al cual las mentes más perversas (e.g. Donald Trump) invocan a la hora de querer dañar a tal o cual grupo humano antagonista, incitando un odio fabricado, basado en estúpidas ideas de absurda superioridad genética, cómo si no fuéramos iguales por dentro, como bien dice mi padre cirujano. 

Fuente: Facebook
Eso sí nos incumbe. Pero si uno no es norteamericano, tal vez nos incumbe más lo que sucede en nuestro propio país, sea de donde se fuere. Por sencillo ejemplo, en México el racismo es un tema del que no se habla pero que está presente en todo momento; en la calle, a la hora de contratar a alguien o no, en las expresiones de cierta gente al ver a un recién nacido ("¡salió blanquito!"), o la expresión del padre de un amigo que les decía a sus hijos "no se casen con prietas" (refiriéndose a la piel morena; mi amigo sí se casó con una "prieta"), o la expresión de "la mona, aunque se vista de seda...", dicho con envidia al observar el buen gusto o el estilo de alguien diferente pero no por ello menos; o cuando alguien inocentemente comenta que tal cual persona, al conducir su nuevo auto de lujo, pasará por el lavacoches que lo ha llevado a dar una vuelta, o los incidentes en los cuales estudiantes de doctorado son echadas de restaurantes al ser confundidas por vendedoras ambulantes, o en las caras y estilo de vida de los modelos de la publicidad masiva; o el uso de la expresión "naco" (junto con otras muchas más), una palabra que ha evolucionado para incluir la denominación de personas de baja extracción social, pobre educación y piel morena... En fin, nuestra sociedad también tiene mucho camino que recorrer: #alllivesmatter.

Por eso les recomiendo, mi también consternado lector, lectora, que consiga el mejor libro de historia de su país para que le ayude a entender la razón de los fenómenos observables en su sociedad en la actualidad, incluyendo el racismo y otras bestias, en un intento de sumergirse más profundamente en el tejido subyacente de esa sociedad en la que vive. Historia magistra vitae, la historia nos enseña lo que se hizo y lo que pasó, y lo que tal vez se deba hacer para no repetir las mismas estupideces. Sólo así podremos estar en condiciones de aportar bien a nuestra sociedad, como hombres y mujeres de mentalidad superior que somos; nada pasará compartiendo hashtags e indignándonos en privado.

No se deje llevar por un sentimiento noble pero mal encausado: lo que sucede en EE.UU. es intolerable, pero fije su mirada más cerca de casa. Haga algo al respecto. 

Aquí entonces, mi recomendación semanal:

Historia General de México. Versión 2000. / Daniel Cosío Villegas / Publicaciones del Colegio de México




Otras recomendaciones:

EL PESO DE LA SANGRE. LIMPIOS, MESTIZOS Y NOBLES EN EL MUNDO HISPÁNICO
Bernd Hausberger

LA SOCIEDAD NOVOHISPANA: ESTEREOTIPOS Y REALIDADES
Solange Alberro

domingo, abril 26, 2020

Alfa Romeo Museum

Pay a virtual visit to this veritable shrine to automotive history in this Classic Driver post: Alfisti Assemble! Here is a selection of pictures by Rémi Dargegen for Classic Driver. Enjoy!





lunes, abril 15, 2019

Notre-Dame de París

"Notre-Dame de París", C.1909; Diego Rivera






































"Los grandes edificios como las grandes montañas son obra de los siglos. Con frecuencia el arte se transforma cuando están en plena construcción: opera interrupta pendiente, y continúan tranquilamente siguiendo las normas de la nueva moda. El nuevo arte toma el monumento como lo encuentra, se incrusta en él, lo asimila, lo desarrolla según su fantasía y lo termina si puede hacerlo; pero todo ello sin molestias, sin esfuerzos, sin reacciones, siguiendo una ley natural y tranquila; es como un injerto que se hace, una savia nueva que circula, una vegetación que renace. Es verdad que, en las sucesivas soldaduras de dos artes, en las diferentes plantas de un mismo edificio, existe materia suficiente para buen número de gruesos volúmenes e incluso para una historia natural de la humanidad. El hombre, el artista, el individuo desaparecen por completo ante esas grandes masas sin nombre de autor en las que la inteligencia humana toda queda resumida y simplificada; es como si el tiempo fuese el arquitecto y el pueblo el albañil."

- Victor Hugo, "El Jorobado de Nuestra Señora", 1831.

jueves, abril 04, 2019

Carta de Gustave Flaubert a Iván Turguéniev

Flaubert por Euegéne Giraud

Croisset, Rouen
Miércoles, 13 noviembre de 1872

"Su última carta me ha enternecido, mi buen Turguéniev. Gracias por sus exhortaciones, pero ¡ay, me temo que mi mal es incurable! Aparte de mis motivos personales de aflicción (la muerte, en tres años, de casi todas las personas que yo quería), el estado social me abruma.- Sí, así es. Quizá sea tonto. Pero es así. 

La Estupidez pública me desborda. Desde 1870 me he convertido en un patriota. Al ver como mi país se hundía, me he dado cuenta de que le amaba. Rusia puede desmontar sus fusiles. No necesitamos de ella para que nuestro país muera.

El desconcierto de la Burguesía es tal, que ni siquiera tiene el instinto de defenderse.- Y lo que venga será peor. Tengo la misma tristeza que tenían los patriotas romanos en el siglo cuarto. Siento ascender del fondo de la tierra una irremediable barbarie. Espero haber reventado antes de que esa barbarie se lo haya llevado todo. Pero, mientras tanto, no es muy divertido. Nunca los intereses del espíritu han importado menos. Nunca el odio a cualquier grandeza, el desdén por lo bello, la aversión, en fin, a la literatura han sido tan palpables.

Siempre he procurado vivir en mi torre de marfil. Pero una marea de mierda bate ahora sus muros hasta el punto de derrumbarla. No se trata de política, sino del estado mental de Francia. ¿Ha leído la circular de Simon relativa a una reforma de la instrucción pública? El párrafo dedicado a los ejercicios corporales es más largo que el que se refiere a la literatura francesa. Todo un síntoma.

En fin, mi querido amigo, si usted no viviera en París, pondría inmediatamente mi piso a disposición del casero. Si he seguido hasta ahora con él, es sólo por la esperanza de poder verle alguna vez.

No puede charlas con nadie sin encolerizarme y todo lo que leo sobre la actualidad me enfurece. Estamos arreglados. -Lo que no me impide preparar un libro en que procuraré escupir bilis. Querría charlar con usted. Como ve, no me dejo ganar por el desaliento. Si no trabajara, acabaría arrojándome al río con una piedra al cuello.- 1870 ha enloquecido a mucha gente, ha vuelto a muchas personas imbéciles o enragés. Yo soy de los últimos. Yo estoy en esta última categoría. Esto es lo verdadero.

Supongo que tengo aburrida a la excelente señora Sand por mi mal humor. Hace tiempo que no oigo hablar de ella ¿Cuándo se representa su obra de teatro? ¿A principios de diciembre, quizá? En esa época espero hacer a usted una visita. Hasta entonces, procure soportar esa gota, mi pobre querido amigo, y crea en mi afecto."

Su
Gve. Flaubert

Turguéniev por  Repin, C. 1879




















Carta tomada del libro: Flaubert - Turguéniev: Correspondencia. Mondadori. Introducción y notas de Alexandre Zviguilsky. Traducción de Danielle Lacascade y Francisco Díez del Corral